Tiempo y temperatura, salud, van de la mano, a día de hoy nos encontramos en numerosas ocasiones con problemas en nuestras vías respiratorias altas, y en el peor de los casos en las vías bajas.
Justo la semana pasada me detectaron un principio de pneumonia, la causa son dos, el primero es que no me he curado bien los diferentes costipados que he tenido anteriormente, y el segundo las humedades que hay en mi habitación.
Bien, ahora toca tratamiento de mínimo un mes y luego ya podré volver a hacer vida normal, pero cuál es el problema real, la previsión, o mejor dicho la falta de previsión. No saber qué temperatura hará mañana, qué temperatura tendremos hoy nada más salir de casa o di viajas, saber las temperaturas en España.
Cada fin de semana viajo estoy en una parte de España diferente, siempre igual con ese resfriado que no se acaba de manifestar, pasando algo de frío por no controlar bien el tiempo que va a hacer, garganta destapada, poco calzado de invierno (falso, porque se puede ir cómodo, abrigado y «de moda»), pero lo más importante es el calor de nuestra cabeza, por aquí se nos escapa. Y sin duda, el calor de nuestro estómago.
Os parecerá raro, pero hace años vi un reportaje de una nutricionista japonesa que hablaba de la regulación de la temperatura de nuestro cuerpo. Por ejemplo, no se pueden hacer contrastes bruscos con nuestro cuerpo, por ejemplo, si hace mucho calor beber agua fría, no viene bien, hay que aclimatarse poco a poco. Si nuetsro cuerpo viene con una temperatura muy fría, primero ingiramos algo templado y luego ya le daremos algo más caliente, para poder conseguir neutralizar la temperatura.