Las voces olvidadas, pérdidas gestacionales tempranas: duelo por un aborto voluntario

Ayer tuvimos la oportunidad de poder estar en la presentación del libro Las voces olvidadas en Barcelona. Fueron unas horas mágicas, cargadas de mucha emoción. No fue fácil revivir situaciones y sentimientos que uno no quiere tener siempre presentes, pero que son necesarias no dejar olvidadas.

Hace muchos años de la pérdida pero cada vez que se para uno a meditar, que intentamos no sea muy seguido, realmente tu pensamiento cae en un vacío, eran los 17 años, uno tenía más prisa por deshacerse del problema que por entender qué había pasado, como había podido llegar hasta ese punto y lo  donde lo más importante es lo que quería hacer.

Recuerdo contárselo a un amigo, 80 veces más inmaduro que yo, le dije: Albert, voy a hacaer algo que no puedo no hacer, es matar a alguien y es absolutamente impensable no hacerlo.

Le dije, imagínate que vas por una carretera y viene un coche de cara, sabes que si te sales de la carretera vas a morir porque hay un precipicio, y sabes que si sigues de cara al otro lo matarás pero puede que tú te salves con muchas heridas pero seguro sobrevives. Él se quedó congelado, era incapaz de decirme nada, y bueno lo hice.

Recuerdo la angustia de seguir hiendo a clase, estar ausente en cada uno de mis momentos pero tenía que hacer que no me pasaba nada, para que no se notara la diferencia, entre antes, durante y después. Pasé la fiesta de fin de año, bebí una copa de cava, recuerdo la sensación horrible de saber que dentro de mi estaba creciendo «alguien» a quien no podía coger cariño.

Recuerdo el día que me quedé embarazada, lo sabía fue una sensación increíble, escribí una carta a la luna, como único testigo de lo que iba a ocurrir, es demasiado personal para transcribirla pero quizás algún día la releo para poder ser del todo consciente de por qué he pasado.

Recuerdo la frialdad de la clínica, y digo fría no por el ambiente, ni por el trato, que fue exquisito, pero sí por mi cabeza, en la que no paraba de pasar la frase «no pasa nada». Claro que pasaba pero ¿qué ibas a hacer? parar, si paraba y pensaba se me caía el mundo encima.

Los meses y años siguientes fueron un auténtico vaiven emocional y de hormonas, engordé mucho, me hinchaba, ahora se qué significa fisiológicamente: se me empleó la técnica del legrado por aspiración, en la cual, tras desinfectar la zona genital y dilatar el cuello del útero, se vacía el contenido uterino mediante aspiración realizando a continuación un legrado o raspado de la cavidad. Siempre se realiza bajo control ecográfico para una mayor fiabilidad y evitar complicaciones.

Se puede utilizar anestesia general o local, en función del deseo de la paciente, siempre que no exista una indicación médica que lo contraindique. Lo mio fue con anestesia local, tuve las molestias típicas de una menstruación. La duración de la intervención, en ambos casos, es de 7-15 minutos, que de hicieron eternos…

Tras finalizar la intervención son conducidas a una zona donde se recuperan bajo el control del personal sanitario, debiendo permanecer en observación aproximadamente una hora.

Fue un viernes, un 13 de enero, y recuerdo perfectamente que ese día falleció la mejor amiga de mi abuela, ese día, justo después me hice la foto del carnet de identidad. Muy mal día, durante años tuve que ver la foto de la cara de miedo de cuando me hice la foto… Me acompañó mi madre y una amiga y realmente fue de lo más doloroso que me ha ocurrido, y no me refiero físicamente, que también.

Recuerdo el hacer ver que no pasaba nada, y el bueno pues ya está hecho… Y llegar a casa y no poder ni pensar, quedé con «el padre» que mientras se había ido al gimnasio… qué horror, menuda situación… Alguien menor que yo, que si yo no asumía lo que me estaba pasando, él años después tampoco quiso, estaba enamorado hasta lo más profundo pero desde entonces se hizo una coraza de acero que no fui capaz de traspasar por más que yo quería.

Hoy lo explico porque ayer en la presentación del libro pude ver un video en el que se hablaba de algo muy importante, el duelo.

Conclusiones o ideas a destacar:

– La pérdida gestacional o prenatal sigue siendo una pérdida y por tanto requiere de la viviencia de un duelo, es necesario dejarse ese espacio y tiempo para esta fase.

– No importa cuando tiempo tenía, la cantidad de meses no es la cantidad de dolor.

– Tienes todo el derecho del mundo a estar triste, estar mal, llorar y no estar para nada ni nadie más.

Queremos dejar algunas frases relativas a la superación y vivencia del duelo

Jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor. Tus tiempos son tuyos. Recordá que el peor enemigo en el duelo es no quererse. Jorge Bucay.

Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos. Helen Keller

La elaboración del duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia. Jorge Bucay

No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Facundo Cabral

Solo sanamos de un dolor cuando lo padecemos plenamente. Will Rogers

Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos. Dalai Lama

Recordar es el mejor modo de olvidar SIGMUND FREUD

Con algunas frases os dejamos para que podáis seguir con vuestro tiempo personal.

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