Cerebro arrogante cree saber lo que nos conviene

En ocasiones el cerebro peca de arrogante. Él cree saber lo que nos conviene y nos engaña a inconsciencia porque desconfía de nuestras decisiones más meditadas, pero no se da cuenta de que algunas de sus partes más primitivas están atrapadas en una programación genética caducada que no se ha actualizado desde hace centenares de miles de años.

[…] A él, mostrarle la realidad de manera fiel le importa bien poco. Lo que pretende es que sobrevivas lo más feliz posible, y si para ello debe engañarte, no duda en hacerlo. […].

Si los sentidos no le dan suficiente información, se inventa ilusiones sensoriales con las que mantener un control tranquilizador. Mezcla memorias reales con recuerdos imaginados para que las historias rememoradas sean lo más plausible posibles. […].

La duda también es su enemigo natural; él se aferra a la realidad subjetiva que más le convenga y distorsiona todo aquello que contradiga sus asunciones. Y en realidad no soporta la ciencia; porque le pide esfuerzos demasiado costosos, porque le quita protagonismo a su dueño, y porque algunas investigaciones en psicología empiezan a dejarle en evidencia, airear sus vergüenzas, y poner de manifiesto lo mucho que se equivoca cuando toma simples decisiones de lo más cotidianas.

«Pere Estupinyà». . El ladrón de cerebros

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