Hace 4 años y medio se dio el caso de un rencuentro de unos amantes, ambos estaban solteros y sin compromiso pero su lejanía a más de 4000 km no les podía asegurar qué iba a ser de ellos en 1 año. Su romántico encuentro fue en un hotel de una ciudad de mar, apartado pero no excesivamente tranaquilo; en dicho hotel encontraron un libro de castillos de Europa en la biblioteca… se miraron, lo abrieron y ella dijo, qué castillo más bonito. Dicho Castillo estaba en Italia, perdido en la montaña, él dijo, te propongo algo: – Si dentro de un año justo seguimos sin pareja nos encontraremos en este castillo de Italia, alquilaré un coche y te iré a buscar al aeropuerto, el resto del plan será cosa mía.
Al año siguiente ella tenía pareja, estaba muy feliz viviendo en otra ciudad de Europa, tentaciones tuvo de acercarse a dicha cita, no como amante sino como amiga por la amistad que aún a día de hoy les une.
Lo mágico de esta historia es que siguen siendo amigos, se respetan de una forma rigurosa y se alegran por la prosperidad y la evolución de cada uno.
Sin duda una historia fantástica a la par que real.