Esta semana toca mirar guarderías para mi pequeño. Sí, pensaba que esto nunca ocurriría pero ahora sí que no puedo esperar más. He conseguido tenerlo en casa mucho más de lo que creía (de momento, un añito) y ahora ya necesito tener unas horitas más para trabajar. Si pudiera trabajar con él, os aseguro que me lo llevaba al trabajo, pero pobre crío, no tengo espacio para él allí, ni puedo prestarle demasiada atención.
Total, ¡a mirar guarderías!
He llamado a unas cuantas y ¡la mayoría ya han cerrado el curso que empieza en septiembre! Yo les he preguntado si son conscientes de que todavía estamos en marzo… pero bueno, se ve que esto es en lo único que somos previsores en España.
Y solamente he visitado 2. Una era una guardería y la otra una escuela infantil. ¿No es lo mismo? Pues no. En una “te guardan los niños” y en la otra parece que tu hijo se relaciona con las cuidadoras y los otros niños, juegan juntos, hacen manualidades, etc.
Fue muy triste ver la primera, fui a la “hora del patio” y no se oía un alma! Las cuidadoras “vigilaban” a los niños comiéndose su bocadillo, mientras los niños jugaban solos en el patio. En la segunda vi como los niños abrazaban a las chicas, las saludaban, jugaban con ellas…
En la primera me hablaron de psicomotricidad, de psicólogo, de piscina…; En la segunda hablamos de nuestro hijo. En la primera, me hablaron de pautas y costumbres; en la segunda, de aprendizaje por imitación.
¿Qué queremos los padres para nuestros hijos? No es que no quiera psicomotricidad, psicología, educación… por supuesto que quiero todo eso y más; pero para un niño tan pequeño lo primordial es la atención, el cariño, la relación, ya que es lo que le hará fuerte y seguro, es lo que le hará tener autoestima, educación, control de su cuerpo, control de sus necesidades y aceptación de su propia persona.
Tengo claro que donde mejor está es en casa, con los suyos. Si esto no es posible, creo que hay que mirar la opción que más se le acerque, dónde el niño pueda sentirse lo mejor posible.