Hoy he tenido el PLACER de asistir a una conferencia de Adolfo Gómez Papí en Vilanova i la Geltrú, donde ha hablado de lactancia, crianza, apego, piel con piel, el papel del padre y de la madre, el sueño y muchísimas cosas más. Adolfo (me permito tutearle) no solamente es pediatra, también es padre, y ha sabido aprovechar esta oportunidad vital para abrir los ojos, disfrutar de su paternidad y ayudar a que los demás también lo consigamos.
Aunque me apetecía ir a esta charla, la verdad es que cuando ha empezado a hablar me ha parecido que iba a ser un tostón, un refrito de «crianza natural y con apego», pero para nada ha sido así, Adolfo me ha hecho sonreír, reír y llorar en una hora y media que se me ha hecho cortísima. Este pediatra de Tarragona ha sabido ganarse a su audiencia a través de un discurso cercano y ha ofrecido a las madres y padres de hoy en día razones objetivas, estudios y bibliografía encaminada a demostrar las ventajas del parto natural, la crianza natural y el respeto y amor hacia nuestros hijos.
Cada vez me da más miedo la palabra método para la crianza de los hijos porque, según mi opinión, parte de 3 premisas básicas:
a. Hay algo en tus hijos que no va bien o podría no ir bien: un comportamiento erróneo, por ejemplo.
b. Hay que seguir un procedimiento previamente pactado para evitarlo o redimirlo, es decir, un método de adiestramiento.
c. Los niños no se merecen el mismo respeto que los adultos, son seres humanos de segunda clase.
En este sentido, me gustaría comentar 3 métodos:
1) Método Estivill
Muy a mi pesar, este método es bastamente conocido en España. Se sabe que Estivill copió a dos conocidos doctores (Spock-1920 y Ferber-1985) y redactó un método casi idéntico al suyo, basado en rutinas y horarios estrictos para ayudar al niño a dormir.
Es un método de adiestramiento basado en que el niño tiene un problema para dormir y que se debe solucionar imponiendo unas rutinas y actitudes para que el niño no se salga con la suya y pueda conciliar el sueño.
Os diría muchas cosas desagradables sobre este método, pero simplemente transcribo un breve apartado del libro “La crianza feliz” de Rosa Jové, psicóloga infantil e investigadora sobre los problemas del sueño:
“Cuando dejamos a un bebé llorando solo en su habitación, pasa miedo. Los estudios realizados midiendo el cortisol de estos niños así lo demuestran. A partir de ese momento se ponen en marcha los sistemas más antiguos de respuesta a la alarma: el sistema HHA (hipotálamo-hipofisario-adrenal), el sistema adrenérgico y las catecolaminas. Esto se denomina “estar activado”.[…] Los niños que lloran y no son atendidos prontamente pueden llorar desesperadamente hasta que la amígdala se colapsa. Como la naturaleza es sabia y sabe que el cuerpo no resistiría mucho tiempo una situación como ésta, suele compensarlo con la secreción de opiáceos, endorfinas y serotonina, que provocan una bajada de todo este sistema de alarma en el sujeto. […] Por lo tanto, si tenemos en cuenta que para su hijo ya era la hora de dormir, que encima se ha pasado un tiempo llorando (con el consiguiente cansancio) y que acaba de recibir una inyección brutal de opiáceos, endorfinas, serotonina, etc., lo normal es que caiga rendido y se duerma. Eso es la esencia de los métodos para dormir. Pero no se engañe, no ha aprendido a dormir; tan sólo está “autodrogado”.
Para mí, el método King se basa en utilizar el método Estivill durante todo el día, no solo durante la noche. Con lo que se basa en no atender a tu hijo jamás. Alimentarlo, asearlo y poco más, para que puedas seguir haciendo tu vida como si el niño no existiera.
Es una aberración y desagraciadamente existe, trata a los niños como si no fueran personas, lo podéis ver vosotros mismos:
Por suerte, este método de adiestramiento ya ha sido denunciado por varios organismos y está menos normalizado que el Método Estivill.
3) Método Amy Chua
Amy Chua es una mujer de origen chino que reside en Estados Unidos y que afirma que a los niños se les debe imponer las cosas desde muy pequeños, sin dejarle hacer lo que ellos quieren, ni siquiera decidir qué hacer con su tiempo libre o sus aficiones.
Todos estos métodos coinciden en que el niño no está haciendo lo que debería o que seguramente no lo hará. ¡Por supuesto! Un niño no DEBE dormir 8 horas como los adultos, ni DEBE comer lo mismo, ni DEBE controlar sus esfínteres, su carácter, sus habilidades sociales… los niños son niños y, poco a poco, a su ritmo, se adaptarán a su entorno con más o menos facilidad.
Si les respetamos, si les dejamos su espacio, si les escuchamos… quizás nos sorprenda ver su gran capacidad de aprendizaje, flexibilidad y adaptación. Y que muchas veces somos los padres los que tenemos que aprender de ellos.
No olvidemos que los niños también son personas y que, por lo tanto, se merecen el mismo respeto que nosotros. No porque sean más indefensos tenemos derecho a tratarlos como animales que hay que domesticar. Enséñale valores, no métodos, demuéstrale que le quieres y que le tratas como te gustaría que te trataran a ti.