Cuando me amé de verdad

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Charles Chaplin

http://www.youtube.com/watch?v=ilZgLTDHb_A

http://www.youtube.com/watch?v=sdLoSiofhR0&feature=related

Demografía en España: la imperante necesidad de inmigración, vía periodismoindependiente.es

vía periodismoindependiente.es

Demografía en España: la imperante necesidad de inmigración

28/11/2010

By Jaime Guisasola

España está viviendo un proceso demográfico de despoblación y envejecimiento masivo que comenzó hace más de medio siglo pero  desde hace unos 30 años la situación empieza a ser drástica.  La tasa de fecundidad de nuestro país se sitúa en torno en torno a 1,4, la más baja de toda la UE. Existe un dato conocido como la tasa de reemplazo que explica que el número de hijos por mujer que son necesarios para que la población de un país no disminuya debe estar por encima de 2,1. En la actualidad no hay ningún país de la UE que alcance dicha tasa. Nuestro país se encuentra por debajo de esta tasa desde finales de los años 70. De hecho, en la actualidad más del 50% de las provincias españolas pierden población. Y tres CCAA poseen más de un 20% de su población por encima de los 65 años (Castilla y León, Galicia y Asturias).

La constante disminución de la población española se puede explicar por muchos factores, entre ellos, la incorporación de la mujer al mundo laboral. Sin embargo, las consecuencias catastróficas que esta disminución podría traer consigo en el largo plazo para la economía del país son bastante preocupantes: menor crecimiento económico, menor consumo y menor productividad, menor empleabilidad de la población, aumento de las cuentas del Estado asignadas a prestaciones sociales como sanidad o pensiones y desvalorización de activos y propiedades por la disminución de la demanda de los mismos.

Esto explica la imperante necesidad que tenemos a la hora de recibir inmigración. Desde principios de los años 90 y hasta la actualidad nuestro país ha comenzado a recibir flujos migratorios de varias zonas del mundo, destacando Latinoamérica sobre el resto. Estos inmigrantes  están contribuyendo a aumentar nuestra tasa de fertilidad.  No obstante,  aunque la inmigración está aumentando y la media de hijos de los inmigrantes es más alta que la de los nacidos españoles la tasa de fertilidad  conjunta sigue estando muy por debajo del umbral necesario como se puede ver en el gráfico de arriba. En el gráfico de abajo se puede ver que casi 2/5 de los nuevos nacimientos en España son obra de inmigrantes. El número total de inmigrantes legales en España ronda los 5,5 millones de personas, lo que quiere decir que en torno al 40% de los nuevos nacimientos españoles son obra de ese 11% de inmigrantes que forma parte de la población total española.

La actual pirámide poblacional española deja bastante que desear y de hecho, en vez de la clásica forma piramidal, la distribución de nuestra población por edades tiene forma de champiñón. En total hacen falta 9 millones de personas para cubrir los huecos que empiezan a quedar en nuestra descalabrada pirámide. Sinceramente, no parece que el español medio se vaya a lanzar a tener hijos de forma descomunal de aquí en adelante. Por ello, creo que mirando a largo plazo y dejando de lado esta crisis económica, creo necesario que nuestro país empiece a pensar más en la inmigración como una solución antes que como un problema. Está claro que con la actual tasa de paro que tenemos en España no estamos en el mejor momento para hablar del tema, pues muchos podrían argumentar que los inmigrantes desplazan a los españoles a la hora de adquirir un trabajo. No obstante, cuando la tasa de paro descienda… allá por (2013-2014), será el momento de empezar a repensar el modelo demográfico de nuestro país y la soluciones para su viabilidad en el largo plazo, que inevitablemente pasa por la llegada de más inmigrantes a España.

El embarazo, cuídate e infórmate

Desde el día que sabemos que estamos embarazadas hasta que llega nuestro bebé, tenemos una larga espera que puede parecer interminable. Una vez tuve a mi bebé no pude evitar pensar que debería haberme preparado más a todos los niveles, pero sobre todo a nivel psicológico.

Preparar el cuerpo

Preparar el cuerpoLos que me conocen saben que estoy en contra de la obsesión por no engordar (tanto en el embarazo como en cualquier momento de la vida). Es curioso como después nos pasamos los primeros años del bebé obsesionadas para que engorde. Aun así, considero que el embarazo es una muy buena excusa para cuidarse: tomar más fruta y verdura de lo habitual, y disminuir las galletas, chocolates, cruasanes y todo lo que suene así de apetitoso.

En mi caso, los primeros meses no engordé nada y, de golpe, engordé 8 quilos. Mi ginecóloga me pidió el máximo cuidado con la dieta y que, entre otras cosas, eliminara la fruta porque, según ella, engordaba mucho. Textualmente me dijo “no me importa que comas bien, solamente que comas poco”. ¡Madre mía! A mí me pareció una barbaridad, así que me fui rápidamente a ver a mi endocrino de confianza, que prescribe los mejores alimentos para la formación del bebé y la salud de la madre. Mi nueva dieta, rica en verdura y fruta, no me engordó más de lo necesario a partir de ese momento.

Ojalá hubiera ido a visitar a mi endocrino desde el principio, además te adapta la dieta según la etapa del embarazo en el que te encuentres.

Por otro lado, vale la pena hacer algo de ejercicio. Recomiendo andar cada día un poco y hacer una sesión medianamente intensa una vez a la semana. Nuestro cuerpo sufre muchísimos cambios internos y externos durante todo el proceso del embarazo y vale la pena fortalecerlo para que todo sea un poco más fácil.

Preparar el parto

Las clases pre parto no son suficientes, y mucho menos si las clases las haces en el misma clínica dónde piensas parir. Mi ginecóloga me comentó en una ocasión “yo prefiero que no te informes demasiado para que no te hagas falsas expectativas sobre el parto”, por suerte, sí me informé.

Yo hice las clases pre parto con una comadrona especializada en partos naturales en casa y es muy recomendable. Además de contarnos todo lo que podíamos esperar del parto en sí, nos advirtió sobre los “protoculos” de los hospitales públicos y privados. Algunas cosas básicas a tener en cuenta:

–          Tipos de parto: vuestro parto no tiene por qué ser como la comadrona o ginecóloga ha previsto. Al contrario, debe ser el máximo de parecido a lo que vosotros hayáis pensado. Informaros sobre todas vuestras opciones y redactad un plan de parto para dejarlo por escrito.

–          Libertad de movimiento: pedid que os dejen moveros a vuestro antojo durante el parto, que os podáis colocar en la postura que mejor os vaya a cada una, que os dejen disminuir la luz de la habitación dónde os encontráis, que podáis comer y beber según necesitéis para coger energía , etc.

–          No dejéis que os infantilicen: el parto es vuestro, sois más que capaces de parir, lo han sido todos los millones de mujeres que ha habido antes de nosotras y lo serán nuestras sucesoras. No hace falta que os pongan edemas (supositorio para eliminar las heces) ni episiotomía (corte en la vagina para que quepa el bebé), entre otros. Un apunte sobre la episiotomía: la OMS establece que un 10-15% de las parturientas pueden precisar una episiotomía, en España se realizan en un 85% de los partos. Es decir, que se hace por sistema.

–          Que no os separen: si miráis quenooseparen.org podréis encontrar las mil razones de por qué no deben separar a un bebé de su madre en ningún momento desde que nace. No es necesario y es contraproducente.

–          Da el pecho: no te lo pienses, amamanta a tu bebé. Los beneficios son infinitos a todos los niveles y las ayudas son más de las que parece en un primer momento. Acude a un grupo de lactancia. Son madres que ayudan a otras madres sin ánimo de lucro, porque saben que los profesionales de la salud no están siempre bien informados. Es importante que sepas que dar de mamar no duele, ni causa grietas, ni te estropea el pecho… al contrario, es placentero y evita muchas enfermedades, entre ellas, el cáncer de mama.

Preparar la mente

Preparar la menteMuchas mujeres se preparan el cuerpo y el parto, pero se olvidan de la mente. Llega el bebé y nos damos cuenta de lo vulnerables que somos, nuestro bebé llora a todas horas, nuestro cuerpo no nos responde como pensábamos, nuestra pareja no es el atento galán que habíamos pensado, nuestra madre o suegra no nos ofrecen la ayuda que habíamos previsto…  Para prepararnos recomiendo dos cosas que pueden hacerse a la vez: sesiones de psicología y muchos libros. Algunos títulos que a mí me han ayudado: cualquier libro del pediatra Carlos González o Laura Gutman, Amar sin miedo a malcriar de Yolanda González Vara, Nuestros hijos y nosotros de Meredith F. Small, El bebé es un mamífero de Michel Odent, Crianza Feliz o Dormir sin lágrimas de Rosa Jové, etc. También podéis acudir a páginas web como www.crianzanatural.com o www.elpartoesnuestro.es o revistas como El Mundo de Tu Bebé o Vivir en Familia.

Pero la mejor manera de hacer una buena inmersión en el tema es acercarnos a otras madres que lo hayan sido recientemente, si no tenéis ejemplos cercanos de embarazos, partos o crianza, no dudéis en visitar grupos de madres, grupos de lactancia, foros online relacionados, etc. La gente que ha pasado por todo esto está deseando contarlo a otras madres para que puedan aprender de su experiencia y seguro que seréis más que bienvenidas.